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Educación en tiempos de coronavirus

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Nadie estaba preparado para esto, pudimos haber hecho suposiciones sobre, ¿qué pasaría? Claro que las teníamos, pero a nadie le gusta pensar en los peores escenarios, es algo demasiado pesimista, algunos incluso te llegan a tachar de loco si pones una situación así sobre la mesa. Sin embargo, pasó y quizá sin que estuviéramos listos.

Esta es la realidad en la que vivimos actualmente. Hay una pandemia bautizada como COVID-19, la cual está cobrando la vida de miles de personas mientras nos resguardamos en casa rogando por no ser los siguientes en hacer crecer esa cifra. Esperando a que todo vuelva a la normalidad. A la par, intentamos aferrarnos a esa realidad que ya no está, de implantarnos a la idea de que las cosas están bien, de que las empresas, las instituciones y el ámbito educativos pueden con ello. Y es en este último punto en el que nos enfocaremos.

En cuanto la cuarentena comenzó se buscaron opciones, plataformas para dar seguimiento a la educación, uno de los derechos de los niños y jóvenes para asegurar un futuro. Fue algo que se está construyendo sobre la marcha y que lamentablemente no ha funcionado como se esperaría, desde los aspectos técnicos hasta los más personales.

Como mencioné antes, nos intentamos aferrar a una “normalidad” que está lejos de existir. Está habiendo una pérdida importante de empleos, de ingresos en familias completas, y si de por sí era un hecho que en países como el nuestro no todos tienen acceso a los servicios básicos para la educación en línea, con esta situación las cosas solo han empeorado. Hay alumnos que no tienen computadoras o internet, y aún así, los maestros exigen su participación y trabajos amenazando con frases como: “¿saben que no son vacaciones verdad?”

educación en tiempos de covid 19

En cuestiones de enseñanza solo se ha intentado hacer un “copy paste” de los contenidos del semestre cambiando el formato, pero esto no puede funcionar en todos los niveles, principalmente en la educación superior. 

Existen materias teórico prácticas que son muy difíciles de implementar en un formato digital, de momento las instituciones educativas se están limitando a la enseñanza teórica y dejando lo práctico en un; “ya lo veremos después”. Lo anterior afecta significativamente a los tipos de trabajos y al aprendizaje en sí, se sabe que la mejor manera de aprender es haciendo las cosas o practicando. ¿Pero qué pasa si algo no se puede ejecutar?

Esto es algo que se ve todos los días en las redes sociales, en los memes que hacen los alumnos mostrando su descontento. Muchos profesores ni siquiera dan la cara a sus alumnos y solo se limitan a subir trabajos y proyectos a las plataformas, sobre todo porque la evaluación ya no será con exámenes. ¿Quién puede confiar en un examen en línea? El alumno siempre puede tener las notas al lado o incluso estar discutiendo las respuestas con otro compañero.

Existen muchos retos para lograr una verdadera educación digital, y no digo que la educación en línea no funcione, existen diferentes plataformas que se dedican a esto; centros de idiomas, cursos para reforzar conocimiento, etcétera. Pero estos fueron pensados así con anterioridad y esto no, no estábamos preparados.

Las consecuencias van más allá y es la razón por la que muchos padres y alumnos han pedido una pausa. La “normalidad” no es igual para todos, hemos tenido que permanecer en nuestras casas, ¿pero quién nos dice que todos vivimos en un buen ambiente familiar? 

Algunos jóvenes incluso han tenido que buscar opciones para apoyar económicamente a su familia y a muchos otros, incluso antes de esto ya padecían de problemas de ansiedad y depresión, el hecho de pensar en una pandemia o en la cuarentena lo empeora. Y si a todo eso le añadimos las lecturas, proyectos y tareas que hay que entregar durante las siguientes semanas… Solo suman más estrés y al final no están aprendiendo nada.

tomar clases en líneaEs importante recordar, sobre todo en estos tiempos que la escuela no es solamente un centro de enseñanza, es uno de los primeros círculos sociales para tener contacto con otros individuos y desarrollar lazos. Es más que libros, pizarrones, maestros y alumnos, son personas, son humanos. 

Tenemos que recordar esa empatía, entender que esto no está siendo fácil para todos y apoyarnos de verdad. Ha sido muy lindo ver a maestros y alumnos que aún están poniendo todo de sí para que esto salga de la mejor manera, sin enfocarse solo en cumplir con un programa. Incluso cosas como preguntar, ¿cómo están?, pueden hacer una gran diferencia, es por esto que incluso algunos niños de preescolar están tomando clases en línea, no para que “sigan aprendiendo”, es para que sigan viendo a sus compañeros, a sus maestras. 

Personalmente es gratificante escuchar las voces de mis compañeros otra vez, al menos la gran mayoría de ellas.

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